Y también de repente no hay lágrimas volando, pero sí rara emoción.
Obviamente la emoción de las parvadas.
De los soles rojo y naranja.
La incertidumbre hecha energía, lista para usarse.
Gracias mis amigas.
Por siempre ponerme un piso debajo y unas alas en los brazos.
Gracias a mi madre.
Wednesday, November 29, 2006
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