Y esta vez no se cuánto ha pasado...
Pero es tangible la experiencia.
Esta vez si.
El oleaje es muy distinto.
Todos los días.
Abro la ventana hecha de tela. La abro y ondea más.
En su agitar se ven por momentos, por partes,
el resplandor y el paisaje.
Es sereno, majestuoso, grande.
Es el premio.
Es un premio que he esperado largo tiempo
y sin forma previa, llega de repente a peinarme
firmemente el cabello.
A decirme: AHORA
AHORA estás AQUÍ.
AQUÍ estás AHORA.
Ave Fénix.
Resplandeciente.
Wednesday, March 30, 2011
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