Friday, March 04, 2005

mis 28 dientes, que quieren ser 30

Cada tanto llega un acontecimiento que te va separando de tus costumbres acuñadas desde la infancia o adolescencia, para cada vez ser más y más adulto hasta que un día llegan otros más que te separan de tu adultez para convertirte en un viejo. Y así hasta la muerte. No?
Otro indicio de que la juventud algún día terminará (aunque aún falte tiempo) ha llegado a mi vida despacio hasta que hoy hice conciencia de él.
Sin pensarlo, ni premeditarlo, un día ya no quize destapar caguamas con los dientes. Sin darme mucha cuenta hace tiempo ya que no me deleito con los maravillosos chicles bomba que toda la vida han servido de fieles compañeros de tedio en el metro, en la calle. Compinches de juerga loca, en las fiestas, cuando los cigarros y el alcohol van dejando su hedionda señal en mi boca. Ay! mis queridos chicles! ahora que lo concientizo siento que los extraño.
Atrás han quedado esas noches de extremo cansancio en donde mi inconciencia adolescente (tardía pero vívida) en donde irse a la cama sin lavar a fondo mis 28 dientes, pasando el hilo dental, y el posterior enjuage, es un recuerdo añejo y en el mejor de los casos una ilusión del presente.
El deterioro del cuerpo se siente de a poco. Y depende mucho el uso que le hayas dado a lo largo del tiempo, verdad?
Creo que volveré a comer chicles a toda hora. Hoy probé los nuevos MAXAIR EXPLOSION REFRESCANTE sabor CANELA y son fuerteeeees!!! AAAAAAAAAA, fresca sensación en mi boca. Creo que puedo prolongar un poco más mi adolescencia bucal.

1 comment:

Heraclito López B said...

Puedes buscar otras variables a la rutina de destapar caguamas con los diantes, como colocar la aceituna del martini con el ombligo, revolver las cubas con la barbilla o encender un puro con la nariz.

hermoso tu cuerpo virtuoso